Los autos son objetos de culto. No sólo por su valor, o lo que nos hacen representar frente a otros. Sino en tanto creaciones prodigiosas de ingeniería, y compendio de muchas ramas de conocimiento aplicadas a estas soluciones de movilidad, que nos dan libertad.
Tal vez por eso son tan queridos y apreciados. Aunque no todas sus características o cualidades son inocuas. Son responsables de contaminar y consumir recursos no renovables. Y por ello están en permanente cuestionamiento. Y también mejora.
Por eso los autos eléctricos son una solución inteligente. Con matrices energéticas sanas, son capaces de contribuir a descontaminar, a bajar la huella de carbono, y bajar el ruido en nuestras ciudades y carreteras. Aunque consumidores de recursos también, están en desarrollo y significan una renovada esperanza en que estos artefactos, sean más amigables con el medio ambiente.
Por ello, prefiérelos. Pruébalos. Úsalos.
Decide contribuir. A que sus precios bajen. A que su tecnología sea másificada. Nuestro poder individual está en nuestra capacidad de elección.
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